lunes, 27 de diciembre de 2010

Pray 25: Ignorance


Anterior: Pray 24

Siguiente: Pray 26


Palacio Valhalla-Hana
q Pacha.

La Reina Cuervo Morrigan contempla el universo, y mira sus más profundas raíces. Su mente divaga y piensa en la batalla que está por venir. Ya ha pasado el primer mes desde que la mayoría de los Dioses han sido informados del evento, misma cantidad desde que Angra Mainyu y Thor se dispersaron por el Midgard. Siente curiosidad por el posible desarrollo o estancamiento del Dios de la Destrucción. Si le place, puede ir a visitarle y medir sus fuerzas, técnicamente no iría contra las reglas. Mientras ella piensa, su Maestro viene a hablarle.

- Estás distraída en pensamientos, Morrigan - Dice Shiva, Tutor de Morrigan.
- Quiero ir al Midgard, estaba pensando en ... - Es cortado el diálogo de la mujer.
- ¿Curiosear a Angra Mainyu? - Completa Shiva - No es necesario que te ahogues en dudas con él. Tu nivel está por encima que el de él si eso es lo que te preocupa....¿estoy errado?
- Si el se hace más fuerte puede que sea capaz de convertirse en una amenaza. - Habla Morrigan.
- Todos tenemos ese gen niña, ¿Pero acaso no somos nosotros los guionistas de nuestras vidas? No olvides que cuando llegaste aquí fuiste exactamente igual a él, observada, prejuzgada, y porqué no, envidiada - Cuenta Shiva - Ahora, sientes la dignidad de lo que has aprendido, sientes que tras haber derrotado a tantos aquí no puedes darte el lujo de perder ante alguien que entro por la misma puerta que tu.
- Shiva, no me leas el pensamiento por favor - Dice Morrigan mientras Shiva prende un cigarrillo. - Es ya suficientemente incómodo sentir la presión del "torneo" que se aproxima.
- No es tan complicado leerte, siempre has sido orgullosísima, pero bueno, eso es parte de tí ... y nadie es perfecto - Dice Shiva dándose la vuelta - Debes dormir un poco, eso siempre calma los nervios. Ya nos veremos después.

Shiva desaparece, y Morrigan permanece ahí. Piensa en los combates, pero no es la única mente escandalosa en ese momento.

Thanatos, mientras cena con Eostre en el más solemne silencio, piensa en las acciones de sus dos discípulos en el Mundo Humano, siente dudas si fue prudente enviarlos por su cuenta en un momento tan turbulento.


Gran Desierto de Altar-Mexico

Miro el mismo universo que contempla Morrigan desde el Mundo Superior, cuento las estrellas y solo atino aburrirme más de lo que estoy. No ha pasado nada interesante desde mis acciones en África, lo único que he podido hacer ha sido disfrazarme de animales y de vagabundos. Llegué hasta norteamérica disfrazado de nube, pero no fue muy útil, pues era una nube negra, y por desconocer algo de física eólica caí a la tierra con forma de granizo. Raro, pues éste es un desierto muy seco. El aburrimiento sólo me consume, como si fuera sol y yo carne muerta bajo el mismo, es probable de que si hago alguna gracia, algo malo suceda. Cierro mis ojos y escucho pasos.

Alertado abro y veo que al frente mío hay un muchacho que me observa directamente a los ojos. En la frente tiene un tatuaje peculiar, con la forma de la Luna.

- Mi nombre es Sin, y he venido a probarte, Angra Mainyu. - Dice él.
- ¿Probarme? Apareces así de la absoluta nada y crees que estoy con ánimos de pelear... no seas tonto, me siento muy flojo en éste momento - Respondo, creo que algo arrogante, y demasiado despreocupado.
- Quien diría que el poderoso Angra Mainyu no es más que un flojo que no hace nada aquí...en fin, me temo que los Tronos han sido claros, y debo medir tu poder. - Habla Sin, al oír la palabra "Tronos" rápidamente recuerdo a Supay, y siento un escalofrío. - Me temo que no puedes negociar esto, debo verificar si eres digno a ser miembro de nuestra élite.
- No me interesa formar parte de tu grupo, lárgate y déjame solo. - Respondo poniéndome de pie. Hago aparecer en mis manos cimitarras.
- Veo que te haces de mayor confianza con cada respiro, dios. - Dice Sin, invocando en su mano izquierda una enorme lanza cuya punta es la de una luna creciente. - Bueno...¿comenzamos con la evaluación?

Luego de formular una pregunta hueca, Sin inmediatamente carga contra mí. Consigo frenar su golpe con una cimitarra, honestamente el tipo no me hace gran esfuerzo.

- Dejame solo, antes de que algo terriblemente malo te suceda. - Digo en voz baja.

A mi alrededor las sombras comienzan a reptar, subiendo desde mis rodillas hasta la hoja negra de mi arma. Sin retrocede solo para evitar una enorme cuchilla úmbrea que se estira hasta el horizonte. Sin esta complacido por lo que veo en su rostro.

- No podría esperar menos de usted. - Dice - Yo tampoco me contendré entonces.

Al decir eso, la cuchilla con forma de luna se llena de luz blanca. Al agitarla, Sin es capaz de crear un enorme haz de luz que escasamente soy capaz de evadir. Ruedo para esquivarlo, inmediatamente despues lanzo una enorme llamarada hacia el, la cual es bloqueada con el arma enemiga. Creo que esto está feo, me confié.

En un parpadeo, Sin aparece detrás mío y con su mano sujeta mi muñeca derecha. Me jala y pone mi rostro directamente contra el suyo.

- Pareces un hombre sumamente interesante - Dice el desgraciado poniendo unos ojos desagradablemente seductores.

En mi mente solo pasa un poderoso pensamiento.... AAAAAAAAAAJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJJ ><' Inmediatamente me libro del agarre del dudoso "hombre". Al retroceder invoco el enjambre de moscas devoradoras, pero no parecen hacer efecto. Lanzo más llamaradas contra el oponente pero éste las esquiva sin mayor problema. - ¿Qué ocurre? No me digas que te asusta acercarme a mí.... ahora que recuerdo, no has matado a un Dios aún....Thor si pudo, el mató a Pan ahora que lo recuerdo. - Se mofa el enemigo. - No planeo comenzar contigo esta noche..¿ok? - Respondo. - Pero si has matado ya a unos humanos en Sierra Leona, ¿No me digas que matar a un dios es distinto a matar humanos? - ¡Ya cierra la boca!- Grito y cargo contra él. - Eres muy lengua sucia para aparecer de la nada. Mis cimitarras colisionan contra su enorme lanza. - ¿Qué es lo que quieren los Tronos de mi?¿ Por qué vienes a joderme en la mitad de la noche diciendo que ellos quieren integrarme a su grupo? -Es exactamente lo que quiero decir...al ser un Dios de categoría destructiva, y tan antiguo, serías un miembro escencial para nuestra organización. Además, de que una vez que nuestro plan se cumpla, contigo al lado, seríamos...indestructibles. - Menciona Sin. - ¿Plan? ¿De qué hablas? - Pregunto. - Jahaha....creo que he hablado de más....sólo dignémonos a seguir con tu evaluación ¿si?. - Vuelve a ufanarse, me cae mal -.-' - Te gusta dejar con la duda por lo visto, bueno, creo que tendré que sacarte la información por la fuerza. - Respondo. - Te enseñaré algo que he estado practicando. Levanto mi dedo índice hacia el, y poco a poco comienzo a condensar energía de color entre púrpura y negra. - Ésto es un Eversor, es una forma de comprimir mi poder sobrenatural y lanzarlo como una ráfaga hacia un objetivo determinado, no lo he perfeccionado, pero ese bicho que vive dentro de mi cabeza lo usa de "ptmdr", así es que si el puede, y yo soy él, entonces yo también puedo. ¿Sensato no?- Explico. - Vaya, que inteligente, ¿pero que te hace pensar que no fallarás el disparo?- Habla Sin. - Ah, simple, ¿no te das cuenta que no tengo mi cimitarra? Sin abre los ojos y nota que tengo razón. Cuando se da cuenta, nota que la cimitarra está justo en frente suyo. - La soltaste justo cuando cargaste contra mí, y preguntaste sobre el motivo de nuestro interés en tí.... - Habla Sin...pero no culmina. La cimitarra se ilumina de dorado, y explota. Sin sale disparado por los aires, justo antes de darse un cabezaso contra el cielo, aparezco yo sobre él, y disparo mi ataque. La noche se ilumina de sombras, los coyotes se asustan y huyen, los buitres soñolientos agitan sus alas, el dios enemigo recibe el impacto de lleno, y su cuerpo chamuscado golpea el suelo del desierto, creando un cráter. Desciendo del cielo y lo veo.
- En vez de decir lo que habías notado, debiste haberte alejado de mi arma, eso que hiciste de decir tus palabritas, fue algo estúpido, gracias por tu estupidez. - Agradezco.
- No pude pensar en ese momento, tuve un bloqueo mental...pero...¿cómo?- Susurra el oponente caído.
- ¡Es, porque Angra Mainyu es el Dios de la Destrucción!- Dice una voz desde el cielo.
- ¿Ahora quien viene? - Digo como poderoso, pero la verdad me hizo asustar otra presencia, con Sin tuve suerte pero...¿otro?

Del cielo desciende un halcón peregrino, justo antes de aterrizar, toma forma antropomorfa. Tiene cabellos blancos y ojos de color rosado, es el muchacho que vi en el sitio donde dejábamos nuestros nombres.
- Mi nombre es Horus, y sólo pasaba por aquí. Mucho gusto, Angra Mainyu, veo la magnitud de tu poder. - Habla el recién llegado.
- Eh....¿hola?- Digo. - No fue suerte, Angra Mainyu, eres el Dios de la Destrucción, y lo que hiciste es uno de tus talentos...La Ignorancia.- Explica Horus.
- Se que quizás no me agrade la respuesta, pero..¿Qué quieres decir?- Pregunto curioso.
- Anulaste el pensamiento de tu enemigo, el bloqueo total del conocimiento es la ignorancia, y tu tienes ese poder. En verdad amigo, eres un tipo aterrador.- Ahí tengo mi respuesta.
- ¡Ya callense los dos!- Grita Sin desde el cráter - ¡Sólo fue suerte y punto! ¡Voy a acabar con ustedes dos de un solo golpe!
- Recibiste el Eversor de Angra Mainyu de lleno, ¿y aún así piensas que podrás enfrentarnos a ambos? La verdad, es que tienes suerte de no haberte consumido en el impacto. - Dice Horus. - ¡Ya cierra el pico cernícalo! - Dice Sin, saltando desde el fondo de su cráter y dispuesto a clavar su cuchilla en el cuello de Horus.
- Que patético ... - Susurra Horus.

Justo a un par de metros del impacto, Horus hace brillar sus ojos, y el rosado se torna amarillo brillante. En el pecho de Sin aparece el Ojo de Horus, ese ancestral dibujo que muchas veces se ve en las tiendas de místicos. Sin entonces es suspendido en el aire, y la marca del ojo comienza a arder.
- Ahora, Sin, me temo que has llegado a tu límite. Velo por el lado bueno, yo te otorgaré una muerte rápida, en cambio, de no haberme presentado, quien sabe que es lo que Angra Mainyu te hubiese hecho. - Menciona Horus.

Sin empieza a reir.

- Angra Mainyu, pronto sabrás más de nosotros, recuerda el plan que te he mencionado, y te darás cuenta por tu propia vista...¡ustedes rebaño, están rodeados de lobos!- Grita el enemigo.
- Ya basta de necedades, au revoir, Sin - Habla Horus.

Inmediatamente Horus con una venia de la mano, hace que el ojo que arde en el pecho del enemigo haga una mega explosión. No queda nada de Sin, solo un fragmento de la lanza que cae al suelo, solo para convertirse en arena.

- No te preocupes Angra Mainyu, no se a qué plan se refiere, pero podemos detenerlo. - Dice Horus.
Me quedo pensando en lo que ha sucedido, pero es inútil, no logro entender. Meto mi mano al pantalón y saco un cigarrillo.

- Horus - Hablo.
- ¿Dime? - Responde.
- Déjame solo - Hablo.

Horus sonríe, y se transforma en halcón. Justo cuando alza el vuelo me dice que fue bueno conocerme, y que me cuide.
- Nos volveremos a ver...¡Espero no tener que luchar contra tí en el evento! - Dice, mientras se pierde en el cielo. Me tiro al suelo, y sigo mirando el cielo....

- No soy tan fuerte - Me susurro, y duermo.
Continuará...

sábado, 18 de diciembre de 2010

Pray 24: La Ciudad de los Gallos.


Anterior: Pray 23
Siguiente: Pray 25


Rocinha Favela-Brasil

El Dios del Trueno, Thor se encuentra comiendo algo que desconozco en una esquina peligrosa. Los muros estan pintados con nombres ya sea de individuos o de pandillas de esa peligrosa área del país. Se oyen disparos a lo lejos, nada sorprendente ahí. Frank se muestra calmado e inmutable mientras la gente que camina voltea y acelera el paso.

- Otra vez la misma estupidez. - Dice la señora que prepara la comida. Ella habla portugués, y el Dios del trueno también puede entenderla, como yo entendí a la gente en Sierra Leona.
- Si lo se, en la televisión siempre pasan estas noticias. - Comenta mi amigo.
- ¿Cuándo será el día en el que Dios recuerde este lugar y se digne a ayudar a sus hijos olvidados? - Pregunta la señora con una leve sonrisa.
- Dios está en todas partes dicen, así es que el quizás esté mirando lo que ocurre, al fin y al cabo, el sabe todo ... ¿no es asi? - Responde Thor mientras traga.
- Si es así, estoy segura que esos hombres pronto sufrirán el embate de toda su furia. - Responde la señora mientras apaga el gas de kerosene de su cocina, dispuesta a marcharse.
- Gracias por la comida. - Agradece Thor, poniéndose de pie. El Dios mete la mano al bolsillo y saca un billete que entrega a la señora. - Quédese con el cambio, y gracias de nuevo.

Thor se dirige hacia donde están los disparos. Antes de irse, la señora dice:

- Tenga cuidado amigo, por aquí la gente no lo conoce y podrían hacerle daño pensando que es un policía o de otra pandilla, además usted llama la atención, alto, blanco, tenga cuidado por favor.

Frank no hace ninguna seña de haber recibido la señal. El solo sigue avanzando. Prende un cigarrillo mientras camina. Los sonidos de los disparos se oyen a lo lejos. Una camioneta de la policía pasa por detrás Thor, y frena. De ella baja un oficial y le pide a Frank detenerse. Frank voltea.

- Amigo no debería ir por ahi, hay una guerra entre dos pandillas grandes ahora mismo, y esta muy fea la situación. - Dice el policía.
- ¿Y porqué no hacen nada?- Responde Thor.
- Son demasiados, y la policía no quiere hacerse cargo, por favor suba al auto - Responde el oficial.
- No necesitan subirme al auto, puedo llegar solo a mi casa, yo vivo por ahí, oficial. - Responde Frank.
- Bueno es su voluntad, nosotros nos largamos de acá. - Dice el policía subiendo al auto y yéndose de ahí.

Mientras la camioneta desaparece en una curva el Dios de la Tormenta sigue avanzando.

Mientras camina, los perros ladran hacia él, pero ninguno se digna a acercarse. Tanta pletora de batalla hace que el Dios del Trueno se sienta entusiasmado por la idea de ver a los humanos luchar. De no ser un Dios quizás Frank solo hubiera decidido largarse rápido de ahí...pero ya el sabe que la humanidad es algo que ya está lejana para él.

Llega a una avenida larga, y se pueden oir disparos a ambos lados de la misma. Al parecer, Frank está en el fuego cruzado. Mientras camina ve gente tirada en el suelo, primero ve a un hombre adulto de considerable edad, lleva un balazo en el cuello y viste como mecánico. Más adelante ve a una señora que ha recibido una bala en la espalda, al costado de la señora hay una bolsa de mercado con frutas y algo de carne, también a unos metros hay un par de autos con orificios de balas, y una camioneta que ha recibido una bomba molotov y que está empezando a hacer ignición.

- Hijos de puta - Susurra Frank.

Frank alza su mano, y cae un enorme rayo a ésta. El rayo deja en su mano al poderoso Mjolnir, azul y chisporroteante. Frank toma asiento en la mitad de la pista, y sabe que es observado, pues el destello del rayo ha llamado la atención de los pandilleros. De lejos alguien apunta a su cabeza, y dispara. La bala va en dirección a la cabeza del Dios del Trueno. La misma es detenida por la mano desnuda del Dios.

- Disparas muy bien - Dice Thor con una voz increíblemente poderosa. - ¿No has pensado unirte al ejército del Brasil?

El hombre que dispara queda boquiabierto y aterrorizado ante la situación. Quita la mirada del cañón y decide alejarse. Abre una puerta, y al hacerlo, ve a Thor parado al otro lado. El asesino alza el rifle y lo apunta directamente a la cara de Thor.

- No podrás matarme, no a mí, no importa cuantas balas uses, ni con cuanta precisión dispares, ni siquiera cuan fuerte sea tu voluntad de hacerlo, tu jamás podrás matarme. - Dice Thor.

El hombre tiene una expresión de pánico.

- Nadie puede pasar por aquí, éste es territorio del Tempestade. - Dice el hombre con una voz temblorosa.
- La otra pandilla pertenece a Deus Branco, y ambos están en batalla ahora mismo por el territorio, ¿verdad?- Habla Thor.
- A...así es...¿Quién eres? - Pregunta el tembloroso hombre.
- Yo soy la Furia de Dios. - Responde el Dios del Trueno. - Quédate aquí y se buen chico, o te meterás en problemas.

Thor empuja al muchacho al cuarto, cierra la puerta y se marcha. Sube hazta la azotea y desde ésta puede ver luces de armas haciendo bang.

- Hagamos algo entonces...- Susurra Thor así mismo.

Thor alza su mano y nubes negras tapan la luna. El rugido de una tormenta se oye. Comienza un enorme diluvio y la lluvia se sigue de poderosos truenos y rayos que impactan la ciudad.

Abajo los hombres siguen acribillándose y no notan con respeto el poder del Hijo de Odín. Hasta que es muy tarde. Un poderoso rayo cae en medio de ambos grupos, y de éste emerge la figura de Thor. Todos estupefactos quedan al ver al Dios justo frente a sus narices.

- ¿Van a seguir jugando? - Habla Thor, y todos escuchan. - La lluvia que cae la he traído para limpiar la calle de la sangre que han derramado, pero el rayo que me acompaña, es para ejecutarlos si es que no cesan su estúpida confrontación. Territorios, Bah! que mierda es eso, que son ¿perros?.
- ¿Tu no vas a venir a decirnos que hacer entendido? - Habla el tal Tempestade. El no siente miedo, se acerca a Thor con pistola en mano, y la pone en la frente del mismo. - ¡No me impresionas con tus efectos visuales niño bonito, ahora que te parece si te pego un tiro ahora mismo por jugar al superhéroe en donde no se debe.
- Ni un ápice de respeto hacia alguien que acaba de caer del cielo ¿no? - Responde Thor. Sus ojos se tornan rojos lentamente.
- No me pongas caritas de machito estúpido - Dice el Tempestade y abofetea a Thor. - ¡Aquí mando yo!
Luego de la bofetada, la lluvia para. La pandilla de Tempestade comienza a burlarse del Dios, mientras que la otra prepara un plan para aprovechar la distracción de los enemigos.

- ¿Aquí mandas tu?- Dice un hombre que sale desde la multitud, es Deus Branco - Por ahora será, pero no por mucho.
- ¿Qué acaso no ves que estoy hablando con mi amigo? - Le responde Tempestade.
- ¿Amigo?- responde Thor - no estás seguro de lo que hablas.
- ¡Cierra la puta boca! - Habla Tempestade, dispuesto a disparar en el cerebro al Dios.
- ¡CALLATEEE! - Grita Thor, y su voz suena como un trueno en el horizonte nublado. Todos caen al suelo al escucharle. Thor sujeta a Tempestade del tobillo y lo alza como si se tratara de una mano de plátanos. El líder de la pandilla comienza a disparar, pero las balas no logran penetrar la piel del Poder. Deus Branco solo observa, lentamente camina hacia atrás y ordena a su gente largarse de ahí.

- No son más que simples gallos en un corral, que cuando el zorro entra, olvidan su altanería, y se esconden tras las gallinas - Dice Thor - Gallitos son, ahora, y plumas saldrán de sus pieles, y de sus manos saldrán atrofiadas alas.

Dicho eso, las personas que ahí están son inmediatamente convertidas en gallos, que despavoridos corren como salvajes. Thor aun conserva a Tempestade en colgado de su mano, el ave agita las alas con un miedo sin igual, éstos aún conservan conciencia humana, y el miedo que sienten es atroz. Thor lo suelta, y las aves de corral desaparecen entre alas agitadas, plumas volando, y cacareos.

La lluvia comienza de nuevo, Frank analiza lo que ha sido capaz de hacer ésa noche. Está solo en medio de ese lugar, y no hay nadie ahí. Eso cree él.


- Los humanos son infinitamente suceptibles a nuestro poder. - Dice una voz detrás de Frank.
- Me acabo de dar cuenta. - Responde calmado el Dios del Trueno. Al voltear, ve a Odín fumando un cigarrillo. Odín está acompañado de dos enormes lobos, y en el cielo se escuchan a dos cuervos.
- No te sientas mal por lo que has hecho ésta noche, pues era lo correcto. Los Dioses estamos en la obligación de interceder en las acciones de las gentes del Midgard y castigarlos o premiarlos conforme nuestra potestad. No los mataste, pero sé que en tu interior querías hacerlo. Me alegra que no hayas actuado como solías hacerlo, estoy muy feliz por tí hijo mío. Estás madurando. - Habla Odín.- Debes seguir con tu viaje por el mundo, falta poco para que comiencen las batallas, y espero que en ellas no me decepciones....bah....se que no lo harás.
- Gracias Odín - Sonríe Thor - Hasta pronto.

Odín sonríe, y desaparece tras el flash de un rayo.

Thor prende otro cigarrillo, y se marcha de ahí.

Continuará

lunes, 6 de diciembre de 2010

Pray 23: Symphonia Chiroptera


Anterior: Pray 22
Siguiente: Pray 24


El fuego se alza a mi alrededor, y no siento nada más que la apabullante sensación de ser invencible. Mi ego se dispara por sobre los cielos y las estrellas. Soy un Dios y al fin actúo como tal. No he matado...hasta ese momento. Observo a mi alrededor todos disparando en pánico, sus balas de plomo son inútiles. Que diminutos son.

- Te encanta..¿Verdad? - Dice una voz en mi interior.

Cuando me doy cuenta, estoy en mi mundo interior, ese lugar con agua en el suelo y árboles muertos en la ciénaga. Ahí está, Angra Mainyu, mi otro yo. Calmado como de costumbre, con su voz grave y tenebrosa.

- Ace Ace Aaaace.... matarás a todos ¿verdad? .... vamos dime que si... mírate, poderoso e imponente, siente su miedo, alimentate de él. Mátalos. - Dice mi Poder.
- No pude controlarme - Digo callado.
- Por supuesto que no, tu poder es indómito, aún estas aprendiendo a manejarlo. Pero date el gusto ésta vez, y mátalos. - Dice.
- ¡No! - Respondo enfático - Matar esta....
- ¿Mal? - Corta mi Poder - ¡TU ERES EL MAL!¡DIOS DE LA DESTRUCCIÓN!

Me quedo atónito...y despierto de mi frenesí. Apago las llamas de mi arrogancia y desaparezco.

A unos cuantos kilómetros aparezco nuevamente, en la mitad de la selva africana. Comienza una fuerte lluvia, y yo estoy sentado debajo de un enorme árbol. Mis brazos abrazan mis rodillas, y siento demasiado dolor en mi corazón por la forma en la que he reaccionado. No borro de mi mente lo que hice pensando en ayudar. Me atemorizo a mi mismo, y pienso lo mal que he hecho hoy. Cierro mis ojos, arrullado por la lluvia, planeo dormir, pero justo cuando creo que lo he hecho, un chirrido de agonía me despierta.

Abro mis ojos, y veo que en un árbol cercano hay una lechuza que ha atrapado a un pequeño murciélago. El mismo me ve con sus moribundos ojos mientras la rapaz se dispone a destriparlo. Levanto mi mirada hacia el ave, y pienso:

- Déjalo.

El ave obedece mi pensamiento, y desaparece. EL pequeño quiróptero queda en la rama, ensangrentado. Me pongo de pie y camino hacia donde está él. Lo observo antes de tocarlo, y veo como su aliento desaparece. Justo antes de perecer, soplo hacia él, y éste sana sus heridas, y se aleja volando a los brazos de la oscuridad.

Pienso en lo contrapuesto de las acciones de éste día. En un segundo aniquilo salvajemente, y en el otro, le doy una segunda oportunidad a una criatura pequeña. Qué curioso es el transcurrir de las cosas.

La lluvia persiste, y comienzo a caminar. Veo a lo lejos humo y escucho voces humanas. Son quizás la guerrilla que enfrenté antes, pero no me atrevo a entrar en berserk nuevamente. Entonces escucho muchas alas y muchos chirridos. Un enorme enjambre de murciélagos está dando vueltas a mi alrededor.

- Gracias por salvar, Oh Angra Mainyu - Dice uno que otro de los animalillos. - Ahora, por tu generosidad te ayudaremos, dinos, que deseas?

Los miro, y sonrío.

Una enorme fogata alimentada de brasas y palabras de odio con un tatuaje ultravioleta de miedo se alza en el campamento que percibí antes.

- Ese espíritu maligno no ha sido más que una señal de que debemos actuar rápido antes que éste gobierno nos termine de aniquilar....mañana en la mañana avanzaremos con todos nuestros contactos y comenzaremos a planear la detonación de las bombas a control que tenemos al rededor de puentes, pueblos, hospitales e iglesias. Las minas ilegales de diamantes también serán minadas, y así el gobierno escuchará nuestro rugido!- Dice el líder.

Habla como si su destino, fuera verdaderamente de él.

La lluvia mengua, y la luna abre su licántropo ojo. Pero solo es un parpadear. Cientos, no, Miles de alas negras cubren la luna, y los sonidos de las radios son devorados por el chirrido de miles de murciélagos que vienen desde el horizonte de mi voluntad. Los humanos los observan y quedan atónitos. Muchos arremeten con las armas, pero es inútil, no dejaré que ninguno de ellos muera.

Como una tormenta de arena, los murciélagos cayeron sobre los hombres y comenzaron a atacarles. El mejor daño, era el psicológico, pues ésta especie es inofensiva. Mientras los hombres se disponen a escapar, mis pisadas se acercan calmadas. El líder dispara tantas balas que éstas podrían ser estrellas en el cielo. Cuando éste individuo se cansa, corre hacia una vieja Land Rover que tenía cerca, la enciende, y se larga a mucha velocidad.

Atraviesa la selva como si fuera un leopardo buscando una presa, raudo en definitiva, pero limitado a su vez. Llega hacia el borde de un precipicio, en donde gira abruptamente y el carro se apaga. El hombre voltea la mirada para pensar en otra forma de escapar, pero lo que ve no es conveniente para él, ni para nadie que goce de la más mínima salud mental.

Yo, rodeado del contranatura grupo de quirópteros, con un cigarrillo en la boca, y con la muerte en los ojos.

- Maldito, ¡QUE MIERDA ERES! - Grita el hombre.
- Soy un Dios, y me has hecho enfurecer. Pero no te mataré - Digo - Dejarás tu estúpida campaña y te entregarás a las autoridades.
- De ser un Dios, no me hablarías con tanta suavidad. - Dice el idiota, y dispara con una pistola, como si me fuese a hacer daño alguno.

Las balas nunca me golpean, pues solo le dan a él por la espalda. Una en la nuca, y otra en el homóplato izquierdo.

- Apuntaste a lo que entendiste como puntos vitales...trataste verdaderamente de matarme, y por eso, te mataste. - Explico - Gracias a ti comprendo el poder de los de mi clase en ésta Tierra Media. Tu has marcado tu destino, lo lamento tanto.

Me doy media vuelta, y desaparezco entre los murciélagos, mientras el hombre, cae hacia atrás, directo a la garganta del precipicio. A lo lejos escucho como su cuerpo da contra aguas turbias, y luego contra rocas sumergidas. Escucho a un par de cocodrilos hembra festejar con su muerte. Me dirijo al campamento, que ahora se encuentra vacío. Pido a los murciélagos morar aquí, y atacar a todo aquél que llegue con las intenciones de hacer a sus congéneres, lo que los búhos les hacían. Ellos aceptan gustosos, y prometen ayudarme cuando yo lo necesito. Me doy media vuelta y comienzo a entender cuan indefensas son las personas ante nuestra clase.

Hace unos días, alguien más me derrotó a mí y a mis compañeros, y esa sensación, la sintieron estas personas también. Es simple, debo evitar que seres malignos se atraviesen con las personas, evitar que dioses oscuros y corrompidos por quién sabe que...hagan lo que hice ésta noche.





Continuará...